Los museos virtuales, en la actualidad, adquieren su “propia vida”. No se conforman con informar y exponer,sino que invitan a la acción y al descubrimiento del visitante virtual.
Son una forma de hacer realidad el deseo de conocer las obras o simplemente las estructuras de los museos reales, cuando los recursos económicos no nos permiten acercarnos a ellos (museos reales) en forma directa.
Sin embargo, los museos reales también tienen ventajas como el hecho de poder apreciar la obra en sus colores y tamaños reales; podemos tocarlas, sentirlas u olerlas ya que el arte no es simplemente una pintura.
A demás, no es el mismo efecto que causa en nuestros ojos ver la obra en forma directa, que a través de un monitor.
En la cuestión económica, los museos reales son mucho menos accesibles que los virtuales, a menos que tengamos un museo real cerca de donde vivimos.